Aunque te veo otra vez
El dolor no se supera
Dímelo a mí
El mundo gira al revés
Dímelo a mí
No te niegues la belleza
Dímelo a mí
Generalizando, en un mundo donde la tecnología de la comunicación está a un nivel en el que cualquiera (casi) puede hablar con cualquiera, de una punta a la otra del planeta (y fuera de él), la incomunicación está en auge. Y el video lo muestra.
La falta de comunicación cara a cara, piel con piel, para bien o para mal, se hace cada día más fuerte y evidente, cada vez más fría. Es triste. Falta de tiempo, de ganas o simplemente, que cada día nos deshumanizamos un poco más.
Cuando has llegado a ver a un matrimonio en la misma habitación, en dos ordenadores distintos, navegando y chateando cada uno por su cuenta y hablando entre ellos incluso a través del chat o messenger... estando físicamente a metro y medio escaso uno del otro... es que se te cae el alma al suelo. No se puede estar más separados... ¿hasta dónde vamos a llegar?
El problema es que uno se va acostumbrando a la incomunicación, a no contar con los demás, sobre todo para contar "las penas" porque piensa que cada uno ya tiene bastante con lo suyo o porque hasta ese momento, mostrar su lado "oscuro y triste" sólo ha servido para ahuyentar a la gente de su lado... y esa coraza, esa falta de comunicación se va agrandando día a día y cuando alguien te dice "dímelo a mí", no sabes cómo hacerlo, no sabes abrirte y además, te da miedo. Es jodido.
Y me pregunto... ¿cómo lo solucionamos?
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