domingo, 19 de julio de 2009

Lecturas cortas

Por más que lo buscaba, no lo encontraba. Una especie de ansiedad le invadía cuando se daba cuenta... Miró por todas partes de nuevo, pero la búsqueda fue en vano.
Habían secuestrado, robado, tomado, "algo" de su interior que no sabía muy bien qué era, y no era capaz de localizarlo, de saber qué faltaba, pero notaba que no estaba ahí... ¿cómo iba a denunciar que le habían quitado algo tan íntimo si ni siquiera sabía lo que era? Y era valioso... mucho...
Pero lo notaba, intuía ahí el vacío, el hueco que había dejado pero... ¿de qué? No era capaz de hilvanar sentimientos, sensaciones para poder dar forma a las palabras que lo describiesen.

Lo más curioso es que a estas alturas aún no sabía si quería recuperarlo o simplemente, que quien se lo había llevado dijese: "Aquí estoy, lo tengo, lo sabes y será para siempre mío" y de paso se llevase el resto... todo.

Y la única pista del ladrón era el rastro de humo de un cigarrillo tras de él... y le daba miedo seguirla en vano, sin certezas, sin seguridad...



-"Mecachis",- pensó,
"yo que me veía encendiendo sus cigarrillos"...


Srta. Marta, 2009

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