Le mareaban el alcohol y las sensaciones.
No sabía muy bien porqué lo había confesado, porqué había dicho todo tal y como lo sentía (o casi), no sabía si fue el alcohol o simplemente, el destino, que tenía que pasar... nunca lo sabrían.
Desde luego, al día siguiente, la resaca general de alcohol y sentimientos, fue grandiosa.
Srta. Marta, 2009
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