- A ver... cuéntame qué te ocurre... porque llevas un careto desde hace ya un tiempo que no sé yo... para eso somos amigos ¿no? hay confianza...
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Dudó. No le gustaba para nada expresar ciertas cosas, sensaciones. Pero confiaba y se decidió, se lanzó, porque pensó que seguramente era mucho más lo que podía ganar abriéndose que quedándose como siempre, encerrado en sí mismo y mirándose el ombligo.
- Es que noto una falta de respiración, una presión en el pecho o aquí, como en la boca del estómago, un nudo en la garganta...
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- Vaya... ,-puso cara de preocupación un segundo, frunció el ceño y luego sonrió,- no te preocupes,- dijo rotundo,- eso van a ser gases.
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