Durante 9 años de relación ella le había ocultado la verdad: sabía que él mentía desde la tercera cita y se había callado, no había dicho nada. Hasta aquella tarde.
Ella continuaba tumbada en la cama, desnuda, desperazándose, sonriéndole después de una tarde-noche de sexo, charlas y mimos, mientras él se vestía y hablaba, a los pies de la cama cuando de repente, le cortó y lo dijo, pronunciando Su Nombre: 
-"Lo sé...",-pronunciaron los labios de ella, él quedó petrificado. -"Lo sé desde nuestra tercera cita, hablabas y hablabas de tí cuando subíamos en aquel ascensor y lo dijiste, pero me callé, me hice la tonta, lo he estado haciendo durante todos estos años, ignorando esa mentira y te lo he ocultado y no sé realmente porque lo confieso hoy, porque no me ha importado jamás o porque hoy simplemente, me doy cuenta de que no entiendo porque la has mantenido tanto tiempo... tal vez al principio era normal, por desconfianza, pero te demostré siempre que no iba a meterte en ningún lío, que era discreta... tal vez te dio vergüenza confesarlo después, pero recuerda que yo también lo hice y pronto confesé la verdad... o tal vez te seguía gustando ese rol de "hombre misterioso" y mantener esa mentira contribuía a ello... anda, cambia la cara, que no pasa nada".
El, sorprendido, culpable tal vez, agachó la cabeza y no dijo nada mientras se ceñía el cinturón.
Srta.Marta, 2009
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