- La mayoría de las mujeres despiertan nuestro instinto protector- me dice el Guru-. Por eso las que nos vuelven locos son las salvajes.
- Me temo que en mi inexperiencia sería incapaz de distinguir una mujer doméstica de una mujer salvaje.
- Una mujer salvaje no despierta tu instinto protector, no necesita que un hombre la proteja. Caza sola y vive en libertad. Por eso es más tentadora: te desafía a que la sometas, a que la domes con tu polla. Si consigues retener a una mujer salvaje a tu lado, todos te reconocerán como un macho alfa.
- Pero, una vez domesticada ¿no pierde el atractivo? -Sus ojos brillan con una malicia contagiosa. - Una mujer salvaje nunca estará domesticada del todo. Siempre desearás someterla.
- ¿Entonces?¿Dónde está el problema?
- En que ella siempre será libre. Cuando más domesticada creas que está, regresará a la vida salvaje y no podrás hacer nada por evitarlo.
- Y entonces te entrarán más ganas de someterla…- concluyo feliz de haber llegado solo a esa conclusión.
de la serie "el Guru y otras hierbas", de "Timido Celador" en http://proscritosblog.com/2009/06/12/el-guru-y-otras-hierbas-16/
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