Su mundo se había desmoronado tantas veces que ya había perdido la cuenta y poco a poco lo volvía a reconstruir, cada vez que ocurría.
El problema era que la estructura ya no quedaba igual, por los cimientos sí, estaban ahí, menos mal, pero los materiales siempre eran los mismos, rara vez se añadía algo nuevo y quedaban rotos, desgastados y la firmeza de la construcción dejaba mucho que desear.
Pero se había propuesto reconstruir de nuevo todo y esta vez, además, reforzar sus muros a toda costa.
Unos buenos contrafuertes.
Desecharía material inutilizable y el de mala calidad y el material en buen estado usado en el pasado no debía volver a levantar el muro, al menos, no la mayor parte como había hecho hasta ahora de manera infructuosa... probaría con otros materiales también, a ver qué tal funcionaba en esta ocasión. Y sobre todo, se lo tomaría con calma.
Ah, y esta vez intentaría no poner alambre de espino a su alrededor...
Srta. Marta, agosto 2009
2 comentarios:
El muro es para proteger el árbol, ¿no? ¿O es para que nadie lo vea? De todos modos, no hay muro que aguante ni castillo inexpugnable, los cuales acaban o zapados desde su base o rendidos desde dentro.
lo malo del muro, de encerrarse en lo alto de la torre que defiende el castillo, es la inmensa soledad que siente...
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