Juego a esconderme
en la armadura de mi constelación de aire,
mi recinto inequívoco,
el sitio de mí misma
en el que oculto las mil caras de mi rostro
que se van transformando en otras
y en otras y en otras...
«Cuenta setenta veces siete y búscame.»
Mi espalda vas rastreando a tientas
pero es mi corazón el que está sonando
y me delata
y descubres, de pronto,
el aleteo suave de mis zapatos rojos bostezando.
Y otra vez me sacas
de mi cálido escondite de murmullos de ensueño.
Salgo sonriendo,
soy yo misma
pero con una sinfonía nueva que resuena
en el cauce ardiente de todos mis poros,
con una brisa recién nacida de otros bosques,
impregnada en el aroma de flores violáceas
y rosas profundas.
Me has descubierto de nuevo,
cómplice atento de todos mis juegos
pero esta vez no me hallarás de espaldas
porque mis ojos te mirarán de frente.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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