jueves, 17 de septiembre de 2009

Eros

Ha vuelto a Madrid y le ha llamado en cuanto el avión ha aterrizado. Han pasado unos meses sin verse sólo teniendo contacto vía teléfono e internet . - "Ya tenía "mono" de tí. ¿Y tú de mí? ¿Sí? Arreglémoslo. ¿Esta noche? ¿Sí? Perfecto... tú, ahora, descansa".

El restaurante está a tope. Esperan un poco hasta que el camarero, unos 35 años, guapo pero con cara de pocos amigos les lleva hasta la mesa que él ha reservado. Mientras miran la carta, le cuenta lo aburrido que está de ir por de acá para allá dando esos cursos a niñatos...

Tiene que interrumpirle... -"¿Sabes? Estoy mojada desde que has dicho que nos veíamos esta noche. Sí, riéte, pero es la verdad. ¿No me crees? Espera... "
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Sus manos se deslizan debajo de la mesa, por los muslos hasta el borde la falda negra y la sube un poco... sus manos buscan, encuentran, deslizan las bragas semitransparentes por sus piernas.
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-"No me mires así hombre, sólo quiero demostrarte como me tienes".
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Levanta los pies para sacar las bragas, y ay, se engancha en el tacón... lo soluciona... ya... -"¿Que si me puede ver alguien?, pues si, pero... mira, toma, tócalas, están empapadas ¿ves?".

Le tiende las bragas por encima de la mesa, con naturalidad, como si le diese un pañuelo o la servilleta.

El camarero les observa algo cortado mientras sirve el vino... sólo se le ocurre a él dejarlas encima de la mesa, como si nada...

Srta. Marta, 2005

3 comentarios:

vidimus dijo...

¿Y si el pobre camarero también estaba "en ayunas"? Esas cosas no se hacen, mujer. ¡Qué poca consideración! :-P

Srta.Marta dijo...

si no fui yoooo!!!! que quien las dejó a la vista fue él!!!!!

vidimus dijo...

Ya, ya... Pues no dices en ningún lado que te apresuraras a retirarlas...