miércoles, 11 de noviembre de 2009

El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta...

decía D. Jacinto Benavente...

Los celos patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, autocompasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación.
Las personas con celos patológicos, están exigiendo o demandando que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocional o sexualmente con otras personas.
En cambio, cuando una persona utiliza un pensamiento flexible, unos celos "controlados", se dice a sí misma cosas como "Deseo mucho que mi pareja esté sólo conmigo, pero es libre de elegir lo que quiere, y si me deja será doloroso y frustrante pero no será algo terrible, ni insoportable ni me matará". La persona que piensa de este modo puede estar preocupada, pero no aterrorizada ante la posibilidad del abandono ni necesitará estar constantemente en guardia por si sucede eso tan temido. En cambio, si está utilizando un pensamiento rígido y dogmático, creerá cosas como: "Mi pareja no puede ni debe dejarme nunca bajo ninguna circunstancia ni tiene derecho a hacerlo porque si lo hace me sentiré fatal y será terrible e insoportable". La persona que piensa de este modo se sentirá muy ansiosa, insegura, deprimida, agresiva y dependiente. (fuente)


Características de la persona celosa

Algunas de ellas pueden pasar desapercibidas para un espectador externo, pero serán la causa de su comportamiento agresivo e inseguro:
  • Baja autoestima, aunque pueda parecer lo contrario.
  • Dificultad para valorarse a sí mismos.
  • Pérdidas afectivas en la infancia ocasionadas por padres muy exigentes poco valorativos de las virtudes de sus hijos y muy críticos.
  • Patrones afectivos mal aprendidos o modelos poco útiles para seguir.
  • Dificultades de comunicación y de empatía, ponerse en el lugar del otro.
  • Problemas emocionales (obsesiones, estrés, depresión...)

  • Inseguridad y miedo a perder algo que no están seguros que puedan mantener por sí mismos.

Hay que intentar ayudarle



Habitualmente son personas que creen no merecer el cariño de nadie, puesto que sus vivencias anteriores le han hecho sentirlo así. Ante esta creencia irracional, se genera unas actuaciones agresivas y obsesivas que tendremos que calmar.
Tendremos que recordarle una y otra vez las cosas que ha hecho bien y felicitarle por ellas, así reforzaremos la idea contraria. También es una forma de reforzar su autoestima. (fuente)

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