martes, 9 de febrero de 2010

Córrete! y él va y se corre...

Su formación fue impresionante. A maestra genial, magnífico alumno. Como ya he contado, recogí materia bruta. El no sabía follar, ni siquiera había comprendido ciertos aspectos relativamente elementales, como que no es necesario actuar como si la polla fuera un pistón con arritmia y solo se dedicase a la estocada, cuando todo hombre que se precie debe saber que, en el toma y daca satisfactorio, basta con ensartarla e ir y venir con movimientos suaves, casi imperceptibles, casi como el amortiguador de un Rolls-Royce; la estocada tiene su importancia, pero como efecto especial, como componente de un determinado espectáculo, como un solo de jazz improvisado, no una práctica habitual. Además tenía eyaculación precoz que enseguida atajé gracias a Masters y Johnson, y funcionó. Otro servicio público: redivulgación de una técnica inexplicablemente olvidada. El candidato suele deshacerse en eyaculacionesen cuanto penetra. Al principio, vale, pero después aburre hasta morir.
¿Qué hacer si el candidato merece el esfuerzo? Consultar el Masters y Johnson para más detalles, pero lo esencial puedo transmitirlo yo: créese un clima de gran cachondeo; una vez en cueros, hágasele una paja y pídasele que le avise en el momento en que esté a punto de correrse, o sea, cuatro segundo antes; cuando le avise, deje de meneársela y apriete la polla por la base. Funciona, es dificil de creer, pero funciona, no requiere ni siquiera un “knoy-how”.
Paulo Henrique reaccionó brillantemente al tratamiento y hoy goza cuando quiere. Le digo ”¡Córrete!” y él se corre, es perfecto, ahora se siente mucho más seguro, con mucho más poder, qué bonito es una buena corrida, en eso envidio un poquitín a los hombres, cuánta insoportable riqueza simbólica hay en una corrida, qué bien puede un hombre explotarlo para su mayor deleite, cuánto les gusta a las mujeres, qué bueno es saber que una está siendo mágicamente irrigada, qué cosa más bellamente atávica, qué bueno es ser animal.
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extracto de "La casa de los budas dichosos", de Joao Ubaldo Ribeiro

1 comentario:

Caos dijo...

Desconocia a estos sexólogos, Masters y Johnson, pero me quedo una intriga del texto, ¿cual es la base de la polla? He de imaginarme poniendola en una mesa, la base sería donde se apoya ¿?